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Camiseta de la hinchada antifascista de Santa Fe conocida como Red Guards United en la cancha de Racing de Avellaneda |
Por Edwin Medina
El Coronel Aureliano Buendía luego de escapar al paredón de
fusilamiento quiso llevar a cabo su sueño utópico: derrocar todos los regímenes
conservadores del continente americano, desde Alaska hasta la Patagonia. Su
quimera terminó cuando descubrió que su revolución siempre volvía al mismo
punto de partida.
Los que no escaparon al pelotón de fusilamiento aquel 22 de febrero de 1977 en
la cancha de Racing fueron seis jóvenes que sólo exigían un puñado de libertad.
Los milicos los acribillados en el sector de las taquillas del estadio de
Racing. No hubo testigos. Nadie vio nada, nadie dijo nada.
Mucho tiempo después algo se supo sobre aquella fatídica
noche. Cerca al estadio de Racing "Las Fuerzas del orden" observan
que varias personas se hallaban pintando grafitis en las paredes del estadio
con mensajes subversivos contra la dictadura. Los militares abrieron fuego,
según ellos, en un informe escrito por la policía, en defensa personal. El
saldo: seis muertos. Cuatro hombres y seis mujeres entre los 18 y 24 años de
edad.
A pocas cuadras de la cancha de Racing, estaba situado un centro clandestino de
detención, tortura y exterminio conocido como "el infierno". Se dice
que allí fueron llevados los cuerpos de éstos jóvenes para ser desaparecidos.
Por aquellos malditos días de vientos adversos también once fanáticos de Racing
fueron desaparecidos. En el libro Los Desaparecidos de Racing el sociólogo
Julián Scher narra la biografía de éstos. Nos cuenta de qué manera vivían su
vida, su niñez, su adolescencia en Avellaneda, su amor por la camiseta celeste
y blanca, el amor a sus ídolos, el éxtasis al gritar un gol de Corbatta o
Perfumo.
Al otro lado del continente, en Colombia, los entendemos perfectamente.
Nosotros también hemos sufrido "el infierno" de las desapariciones
forzadas: los Falsos Positivos, los líderes sociales asesinados, las masacres
paramilitares. No somos ajenos al laberinto de la impunidad. Antes de que
marcharan o mejor, de que nos los arrebataran, nuestros desaparecidos también
se deleitaban con las atajadas de Agustín Julio, los goles de Leider Preciado y
el Tren Valencia y los pases de Pandolfi y Omar Pérez. Pero hay más en este
jugo de coincidencia entre Racing y Santa Fe: También tardamos más de tres
décadas en volver a dar una vuelta, juntos somos el primer campeón (Santa Fe el
primer campeón del fútbol colombiano y Racing primer campeón del mundo en
Argentina) y también saltamos tras un trapo que comienza con la palabra:
"La Guardia".
"Huele mucho a choripan por los alrededores del
estadio". Me cuenta Daniela, ella estuvo hoy con la camiseta de Red Guards
United en la cancha de La Academia. Daniela continúa: "La parte más alegre
era cuando todo el estadio cantaba la canción de: 'Muchachos traigan vino juega
la Acade... esta banda está de fiesta hoy no podés perder'. Fue una linda
experiencia".
Entre tiras celestes y blancas, mucho vino y mucho aliento,
los hinchas de Racing vuelven a la rutina de la semana. No sin antes olvidar a
los que ya no están, a los que estarán por siempre en nuestra memoria, a los
que el fascismo nos arrebató.
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