14/9/17

Brasil vs Italia |1970| Pelé: el Rey


Por: Juan Villoro

Cuando el cronista Nelson Rodrigues vio jugar a Pelé, buscó un apodo para superar el que le asignó a Didí. El 25 de marzo de 1958 escribió que la realeza es un estado del alma. ¿Quién la tenía en la cancha? El cronista desvió su mirada impar hacia un adolescente que hizo una jugada de brujo: "Para anotar un gol así no bastan dotes de futbolista. Se precisa algo más: esa confianza plena, esa certeza, ese optimismo que convierte a Pelé en un crack imbatible. Quiero creer que su mayor virtud es, justamente, la inmodestia absoluta. Está por encima de todo y de todos y acaba intimidando a la pelota misma". Rodrigues había visto al hombre que sería Rey.
La esclavitud se abolió en Brasil apenas en 1888. Edson Arantes pertenece a la tercera generación de negros libres y cambió la visión que un país tenía de sí mismo.
Cuando su padre lo sorprendió fumando en la adolescencia, le dijo: "No te conviene fumar si quieres ser futbolista profesional, pero si lo haces, aquí tienes dinero para comprar tabaco. No vayas pidiendo por ahí".
El Rey se comportó con la dignidad del que no debe pedir nada, comenzando por el dinero que le ofrecía su padre. No volvió a encender un cigarrillo, lo cual sorprendió al máximo juerguista que ha tenido el fútbol, George Best: "¿Qué clase de rey eres tú, que ni bebes ni fumas?", le preguntó.


El fútbol contemporáneo ha tenido una selecta aristocracia del empeine, pero sólo un monarca. Edson Arantes representa la perfección escénica. Incluso su manera de festejar los goles (con un salto elástico para latiguear el aire con el brazo) era un espectáculo. Ganó tres mundiales y logró más de mil anotaciones. Podía fintar a un defensa con el omóplato y superar por aire a un ruso de dos metros. Transformó la potencia física en una manera de llevar el ritmo. Tuvo la clase de Didí y el gusto por la velocidad de Jesse Owens.
Debutó a los quince años con el Santos y ejerció la excelencia durante décadas, imponiendo una soberanía irrepetible.
Además de los goles que convirtió, ensayó otros de delirio que no acabaron en la portería, pero que recordamos como piezas de arte por el arte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario