16/2/14

Argentina V Polonia. 1978. De Kempes a Suárez pasando por Maradona

Las manos más famosas de los mundiales. Mario Kempes (1978) Diego Maradona (1986) Luis Suárez (2010)



"Él es un hombre que ha sentido y proporcionado mucho placer, pero al mismo tiempo es un hombre atrapado por la maquinaria del éxito, atrapado por las reglas del juego de una industria del espectáculo que obliga a ganar o ganar, y que prohíbe perder. Entonces, él padece en carne propia los valores del mundo actual, en el que el único pecado que no tiene redención es el fracaso.
Trabajó de Dios en los estadios  y ahora no puede resignarse a ocupar un lugar anónimo en la tribuna o a jugar por el puro placer lúdico en un campito cualquiera. 
Él se convirtió en un Dios sucio, el más humano de los dioses, pero los dioses, por muy humanos que sean,  no se jubilan"
Eduardo Galeano.



Por: Edwin Medina S.

Rosario, Provincia de Santa Fe. Copa del Mundo. 13 de junio de 1978. Argentina es superada en fútbol  por su rival, el cual estaba siendo liderada por Grzegorz Lato, el segundo polaco más famoso de la historia después de Rosa Luxemburgo.
Las opciones de gol más claras del partido son para la selección de Polonia. El gol era cuestión de tiempo para los camisas rojas.
Uno de los más temibles delanteros de fútbol de la época de los 70 y 80 Andrzej Szarmach ídolo del equipo francés Auxerre, se escapa por territorio oriental, entrándose en el área celeste es derribado por el defensor  Galván.  El polaco Kazimierz Deyna se dispone a cobrar el tiro libre. Sin tomar mucho impulso, con gran maestría y con excelente colocación, al mejor estilo de Maradona y su gol imposible frente a la Juventus. Deyna pone el balón al segundo palo, allí es cabeceado por Maculewicz, ya el arquero argentino Fillol estaba vencido, entonces llegó una de las jugadas más recordadas de la historia de los mundiales.
 Mario Alberto Kempes, estrella y goleador del equipo argentino, estiró su brazo derecho, atrás de él únicamente estaba la red esperando a ser besada por el balón, pero Kempes lo evitó, atajó el balón y corrió con la suerte de no ser expulsado, ya que en aquel tiempo no existía la regla aquella del Último recurso y ni siquiera fue amonestado.  Los polacos merecían ir adelante en el marcador y así lo sabía Deyna, el cual se paró frente al balón para anotar, pero Fillol logró detener el disparó para continuar con el partido igualado a ceros. Los polacos se vinieron abajo anímicamente. Pero la proeza de Mario no terminaría allí, Kempes anotaría dos magníficos goles en el partido para darle la victoria a la celeste. Los polacos no entendían su mala suerte. Se fueron derrotados del encuentro siendo más que su rival. Días después Kempes se coronaría goleador del Mundial y Argentina sería campeona del mundo.
  ¿Qué hubiese pasado si Kempes no evita aquel gol con la mano cuando el partido estaba igualado?

32 años después. 2 de julio de 2010. Sudáfrica. Copa del Mundo. Cuartos de Final. Uruguay y Ghana buscan el pase a semifinales.  Al minuto 45 una de las figuras del equipo africano Sulley Muntari saca un zurdazo imposible de atajar para el portero uruguayo Muslera y anota el primer gol del encuentro. Diez minutos después el capitán celeste Diego Forlán anota una joya de gol y empata la batalla. Así culminaría el  choque en los 90 minutos. Ya en el tiempo extra, los africanos tienen las mejores opciones de gol. En el último suspiro del encuentro en el minuto 120, Ghana tiene un tiro libre a favor, el balón es lanzado al área uruguaya, pasa de todo, nadie logra controlar el esférico, Muslera ya está vencido, el delantero Dominic Adiyiah logra cabecear el balón y Luis Suárez no tiene otra opción que estirar su brazo derecho y evitar el gol con la mano. El juez del encuentro expulsa a Suaréz  por último recurso y por supuesto otorga penal para los Ghaneses. El encargado de cobrar es Asamoah Gyan, éste, patea con mucha furia y el balón sale desviado, lejos del arco. 
Gyan llora, Suaréz celebra. Su viveza le da vida a Uruguay. 
Luego llegarían los lanzamientos desde los doce pasos para definir al ganador. Allí los suramericanos logran imponerse por 4 a 2 frente a unos Ghaneses que no asimilaron el penal errado en el último suspiro. 
Con el espíritu de Obdulio la celeste logra meterse después de 40 años nuevamente a una semifinal de un Mundial de fútbol.

1986. 22 de junio. Estadio Azteca. México. Copa mundo. Cuartos de Final. Argentina enfrenta a Inglaterra. Al minuto 52 del encuentro Diego Maradona anota el gol más polémico de la historia de los mundiales. El Pelusa toma el balón en el medio campo, éste, parecía atado a su botín izquierdo, dejando rivales desparramados con su slalom veloz Diego se la toca a Valdano y el balón vuelve hacía él. Peter Shilton sale estrepitosamente a tomar el esférico pero Maradona muy vivazmente eleva al cielo su puño izquierdo y logra anotar.
 Aquella imagen se tatúo en mi mente al igual que muchas otras, como  la de Jhonny Rotten cantando “God Save the Queen” mientras navegaba en el Támesis el mismo día que se celebraba el desfile local en honor a la Reina. O el puño en alto de Nadezhda Tolokónnikova vestida con una camisa azul con el lema de “No Pasarán” justo antes que la condenaran a prisión. Y el precioso discurso final de Charles Chaplin en su primera película sonora, su obra maestra “El gran dictador”. Entre otras más.
Luego de aquel polémico gol. Llegaría El gol del Siglo y después la obtención de la Copa del Mundo 1986.
 Un deporte en el que se prohíbe jugar con las manos tiene muchas historias sublimes que contar, gracias a esos rebeldes que se negaron a seguir las aburridas y controladoras reglas para convertirse por un momento en dioses sucios del terreno de juego.



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