12/2/12

Gimnasia La Plata Vs Platense. 2013. Facundo Sanseverino. El largo camino hacia el gol

Facundo Sanseverino.


“El gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna. Hace medio siglo, era raro que un partido terminara sin goles: 0 a 0, dos bocas abiertas, dos bostezos. Ahora, los once jugadores se pasan todo el partido colgados del travesaño, dedicados a evitar los goles y sin tiempo para hacerlos. El entusiasmo que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red puede parecer misterio o locura, pero hay que tener en cuenta que el milagro se da poco. El gol, aunque sea un golcito, resulta siempre gooooooooooooooooooooooool en la garganta de los relatores de radio, un do de pecho capaz de dejar a Caruso mudo para siempre, y la multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire.”
“El gol” Fragmento tomado de “El fútbol a sol y sombra” de Eduardo Galeano.

Por: Edwin Medina.


Aquellos que piensan que la rebeldía es propia de la juventud pienso que están errados. La juventud es simplemente un estado biológico, si eres joven, es porque primero eres bebé, luego niño, luego joven y así sucesivamente. Conozco muchos jóvenes con pensamientos dogmaticos, cerrados a oír y respetar otras ideas, amargados, tercos, creen que la única verdad es la que ellos pregonan.  Por otro lado, conozco muchos adultos mayores con mente libre, abierta totalmente a otros pensamientos, nuevas tendencias e ideologías.
La rebeldía se da en cualquier momento de la vida, sin importar la edad, porque ésta es promovida por el amor, ése amor que Facundo Sanseverino sintió aquella noche entre escombros en la tragedia que sufrió la ciudad de La Plata Argentina.
La capital bonaerense fue victima de una de los peores desastres naturales de la historia. 48 muertos y centenares de desalojados dejó el fuerte diluvio que cayó el pasado 4 de abril. El gobierno argentino declaró tres días de duelo nacional por las víctimas fatales de la catástrofe climática.

Tragedia invernal en La Plata Argentina


Después  de la fuerte tormenta, el agua había subido un metro ochenta. Facundo Sanseverino y su familia (Madre, abuela, pareja y hermano menor) durmieron en el techo de la casa de una vecina ya que la de ellos estaba hecha pedazos.  
Desde el lugar más alto de su barrio, los ojos de Facundo observaban las ruinas que había dejado la fuerte tormenta. Lo que fue ya no es. Los potreros donde jugaba con sus colegas yacen debajo de las inundaciones, al igual que su escuela, aquel viejo parque donde se divertía con su hermano menor y con sus amigos. Todo había sido destruido.
Minutos más tarde sobre las once de la noche sonó el celular de Facundo, esta vez, buenas noticias para él. El coordinador del club Gimnasia y Esgrima de La Plata lo llamó para que se presentara a entrenar en el equipo de primera división, Sanseverino le contestó que no sabía si podía llegar porque el barrio estaba totalmente inundado. Su madre oía atentamente la conversación. Ella más que nadie sabía que su hijo soñaba con jugar en la primera división del club desde que tenía nueve años cuando empezó a jugar en Gimnasia. Su madre lo alentó a ir y cumplir la cita. “Tal vez no vuelvas a tener esta oportunidad” le dijo la madre a Facundo.
Al día siguiente el agua había comenzado a bajar. Sin haber podido dormir Sanseverino bajó del techo de su vecina y fue a su casa. Facundo entre escombros encontró una maleta, allí, empacó un par de guayos y su uniforme de fútbol. La aventura comenzaría.
 "Pequeña muerte" le llaman en Francia a la culminación de un abrazo.
Facundo abrazo a su madre, a su abuela, a su hermano y a su amada, sin saber si las volvería a ver. Entre lágrimas Facundo marchó en busca de su sueño. Sanseverino saltó al agua y comenzó a nadar entre los escombros, gambeteando ruinas, cascotes y basura. Su vida estaba en riesgo, pero él con el aguante que caracteriza a los nacidos en el sur del continente americano no paró de nadar. Kilómetros más adelante, ya el nivel del agua era menor. Un vecino solidario vio a Facundo exhausto, gentilmente, se ofreció a llevarlo en el taxi que maneja. “Tuve suerte de que le arrancó el auto. Fue difícil, porque la ciudad era un caos pero pudimos llegar” declaró Sanseverino.
Al llegar por fin a la sede de Gimnasia La Plata, Facundo comenzó como suplente el partido, luego, en el segundo tiempo, el técnico le dio la oportunidad, el encuentro estaba igualado a uno. Minutos después Sanseverino marcó el segundo gol para su equipo. La bala blanca sacudió la red. Fue el gol del triunfo. El partido finalizó dos a uno sobre Platense.  Aquel gol no fue sólo de Facundo, allí estaba impregnado todo su barrio, sus vecinos y su familia.
Nuestro héroe no se olvidará nunca de esta experiencia, y de haber recibido la ayuda de su barrio, que muchos como su familia, perdieron todo por el temporal. El técnico del lobo Pedro Troglio ahora lo pone como un ejemplo al esfuerzo y al amor por el fútbol.
Hermosa crónica de coraje y gallardía que nos deja un verdadero guerrero; como el relato del niño bogotano Arturo Dueñas contada por la pluma de Eduardo Galeano o Las Pussy Riot en Rusia. Historias que no son ni serán contadas en los grandes medios de comunicación, pero serán leyenda en el imaginario colectivo del barrio, el potrero, la cuadra.


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