29/6/15

Alemania Vs Inglaterra. 2001. Los que ya no vuelven

Hinchas ingleses en el estadio de Munich 2001.


“Parecía que Wilson Reyes iba a pasar por la guerra como una bandada de pájaros reflejada en un cristal, pero una mañana su brigada al completo marchó a una operación en un pueblo cercano y Reyes ya no volvió. (…) A su paso, los camiones dejaban un rastro de tristeza que olía a nieve y gasolina. El Flaco vio cruzar a los colombianos supervivientes, distribuidos en varios jeeps abiertos, pero no pudo distinguir a Reyes entre ellos; no se le ocurrió ni por un solo instante, que su amigo Reyes se hubiera pasado al bando de LOS QUE YA NO VUELVEN. 

Fragmento tomado del libro “El ladrón de morfina” de “Mario Cuenca Sandoval”.


Por: Edwin Medina.


Todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido que pasar a un ser querido al bando de: “Los que ya no vuelven”. Suele pasar sobre todo en la guerra, porque en ésta, las amistades son más sólidas, más fieles, que en otros lugares, y como no serlo, si la muerte acecha a cada instante y no se sabe si habrá mañana para volver a ver a los colegas de trinchera.

El fútbol es la continuación de la guerra por otros medios, aseguró hace ya bastantes años el gran periodista inglés George Orwell. En el deporte más popular del mundo continuamente al igual que en la guerra vemos como ídolos año tras año pasan al bando de Los que ya no vuelven. Este año fue el turno de los hinchas de Liverpool que no volverán a ver a su eterno capitán Steven Gerrard y hace unos años los hinchas del Manchester United debieron despedir en seguidilla a Paul Scholes, luego a Alex Ferguson y luego a Ryan Giggs, duro golpe para los reds.

La guitarra rápida de Mick Fairbairn y la voz de Mark Brennan con tono de sarcasmo alegría y rabia le dieron vida a aquella canción llamada: England 5 Germany 1. Cantada por la banda de punk británico The Business, dedicada a ese grupo de jugadores que humillaron a la poderosa Alemania en su propio territorio allá por el 2001.

Aquel encuentro se daba por las eliminatorias europeas para la Copa Mundial 2002, pero no sólo era eso,  en realidad era la reanudación de las hostilidades basadas en décadas de rivalidad mortal y derrotas dolorosas para los ingleses: La victoria de Alemania en Wembley en la Eurocopa 96, la derrota inglesa en semifinales de Italia 90, la derrota por 3-2 en México 70. Estos fueron los resultados más dolorosos para los  creadores del fútbol ante su némesis absoluto. Pero el triunfo 5-1 ante Alemania generó un desahogó para la fanaticada de la isla por el peso de la historia y la creencia de que Inglaterra comenzaría a saldar cuentas pendientes.

Inglaterra saltó al campo de juego aquel día con Emile Heskey y Michael Owen, atacantes peligrosos, veloces, potentes. David Beckham, el pie más suave de Europa, siempre sonriente, sereno, haciendo pases perfectos. Junto a él, Steven Gerrard y Paul Scholes en el centro del campo con un rendimiento de alto nivel. Eran los volantes cinco perfectos, o por lo menos en ese partido lo fueron. En tanto fútbol que vi en mi vida, me atrevo a decir, que son los mejores que vi en toda la historia de Inglaterra. Siempre pasando desapercibidos, les importaba poco la publicidad, el show, el merchandising, siempre claros sobre el césped, eficaces, veloces mentalmente. Son aquellos hombres que no ganan Balones de Oro, si no que los fabrican, como lo diría Xavi Hernández, cuando el mundo le pedía una explicación al crack catalán de por qué él e Iniesta no ganaron el Balón de Oro 2010 luego de ganar el mundial de fútbol.

En aquel duelo Owen sería la figura para la prensa inglesa ya que el veloz delantero marcó tres de los cinco goles. Pero lo que jugó Gerrard y Paul, los cracks invisibles fue apoteósico, corrieron por toda la cancha, erraron pocos pases, fueron un tutorial del cinco perfecto: La recupero, la toco, busco el espacio, vuelvo y la entrego, festejo. Si no, miren el último gol de Inglaterra, lo que hizo Paul es de crack. O el tercer gol de Owen, lo que hace Gerrard es increíble, recupera la esférica y hace un pase a lo Valderrama o a lo Riquelme, para dejar mano a mano a su compañero frente a Oliver Kahn. Unos genios.

Aquella victoria inglesa fue más allá de términos futbolísticos, es más sobre la superación de los obstáculos mentales, más que las físicas o técnicas, y esa gran generación de jugadores lograron hacer descansar algunos de los fantasmas de la Inglaterra del pasado.

Ya no están en las canchas, Paul, se retiró en silencio, se nota que siempre odió ser el centro de atención. Gerrard naufraga el epílogo de su carrera por tierras estadunidenses, allá bien lejos de su amor eterno Anfield Road, tratando de olvidar aquel maldito resbalón que le arrebató la Premier League. Será imposible para él olvidarlo, como será difícil para nosotros los amantes de los crack invisibles olvidarnos de ellos.


1 comentario:

  1. No se como llegue aca jeje, pero tienes razon, los delanteros elite no serian nada sin estos mounstros del medio campo. Y lastima q xavi e iniesta no hallan ganado un balon de oro en su carrera.

    Nos vemos

    ResponderEliminar