Alessandro Del Piero. |
- "Cuando muera, mis amigos quizás escriban en mi tumba: "Aquí yace un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: "Aquí yace un cobarde y un traidor a sus ideas."
Ricardo Flores Magón (1873- 1922)
Por : Edwin Medina.
El rock no fue el mismo cuando los Guns And Roses tocaron su último acorde. En ningún concierto del mundo hasta hoy en día se ha visto una banda con el autentico espíritu de rock que éstos destilaban, sus integrantes fueron encarcelados en varias ocasiones, su actitud violenta, siempre sucios y peligrosos, auténticos, difíciles de imitar. El mundo se pregunta por qué hace varios años no surge una banda joven con espíritu autodestructivo, destinada a romper moldes y reinar más allá de lo que pretende la industria cultural.
El rock no fue el mismo cuando los Guns And Roses tocaron su último acorde. En ningún concierto del mundo hasta hoy en día se ha visto una banda con el autentico espíritu de rock que éstos destilaban, sus integrantes fueron encarcelados en varias ocasiones, su actitud violenta, siempre sucios y peligrosos, auténticos, difíciles de imitar. El mundo se pregunta por qué hace varios años no surge una banda joven con espíritu autodestructivo, destinada a romper moldes y reinar más allá de lo que pretende la industria cultural.
La NBA no fue igual desde el 14 de junio de 1998. Karl Malone falló su lanzamiento de tres puntos, la “chicharra” sonó y Michael Jordan corrió alegre a celebrar su sexto triunfo con su escudero Scottie Pippen y su tatuado amigo Dennis Rodman. Era el último juego de la final de la NBA entre los Chicago Bull y Los Utah Jazz, el fenómeno Jordan jugaba su último partido y se marchó como siempre lo fue, como un ganador, idolatrado no sólo por la ciudad de Chicago, si no por todo un país.
Desde aquella noche, el baloncesto estadounidense no fue el mismo, sobre todo para los Toros de Chicago, desde entonces no paran de recibir derrotas y humillaciones en los coliseos. Nada ha podido salvarlos de su cruel destino de vivir a cuestas con el fantasma del mejor jugador que han visto los fanáticos al baloncesto.
Pero nada se compara con la eterna soledad que sufre el deporte de “las narices chatas". Cuando Muhammad Alí golpeó por última vez a Foreman nada fue igual. Fue su última batalla y el ring no ha tenido otro guerrero igual. El boxeo extraña el corazón lleno de furia de Alí, el esclavo que se transformaba en rey cuando se ponía los guantes, se convirtió en el verdadero Black Power de su época, estuvo al mismo nivel que Marthin Luther King, Malcon X ó los Panteras Negras. Su voz fuera del ring nunca fue acallada, ésta golpeaba más fuerte que sus puños.
-“Soy America. Soy la parte que ustedes no reconocen, pero acostúmbrense a mí, Alí es mi nombre, no el de ustedes; Mi religión, no la de ustedes”.
Dijo Alí al retirarse de un restaurante, en el cual no le permitieron la entrada por no traer corbata. Era todo lo contrario del americano modelo impuesto por Elvis Presley.
Muchos políticos hicieron lo posible para que no fuera campeón del mundo, pero no lo lograron, Alí fue y será la leyenda más grande del boxeo, será por siempre el campeón del pueblo, el que siempre se negó a ser una marioneta de los blancos.
-“Soy America. Soy la parte que ustedes no reconocen, pero acostúmbrense a mí, Alí es mi nombre, no el de ustedes; Mi religión, no la de ustedes”.
Dijo Alí al retirarse de un restaurante, en el cual no le permitieron la entrada por no traer corbata. Era todo lo contrario del americano modelo impuesto por Elvis Presley.
Muchos políticos hicieron lo posible para que no fuera campeón del mundo, pero no lo lograron, Alí fue y será la leyenda más grande del boxeo, será por siempre el campeón del pueblo, el que siempre se negó a ser una marioneta de los blancos.
El fútbol no es ajeno a decirle adiós a sus mejores intérpretes, uno de ellos se fue en este 2012. Ya no veremos más sus goles de tacón en derbys, su lengua afuera después de anotar sus bellos goles en Turín, Bari o Milano. Ni una bella ovación de pie en el Bernabéu, él, Ronaldinho y Maradona, lo únicos aplaudidos con otra camiseta en el estadio blanco.
En mi opinión no existe un equipo de fútbol con un mejor nombre que el de “Juventus” (“Juventud” en griego) Y ni hablar de su sobrenombre, el cual también es muy llamativo: “La Vecchia Signora” (La vieja señora) y si le añadimos el apodo de su máximo goleador de toda su historia e ídolo Alessandro Del Piero “Pinturicchio” (Sobrenombre en analogía al pintor italiano Bernandito di Betto.) Tiene que salir una bella historia de fútbol.
Alessandro Del Piero fue mi primer ídolo futbolístico, cuando era niño no paraba de imitarlo, vestía como él, celebraba los goles igual y por supuesto me volví tifosi de la Juventus. Con el equipo de Turín ganó seis Ligas Italianas, una Liga 2 o Liga B, una Copa de Italia, cuatro Supercopas, una Champions League, una Supercopa de Europa, una Copa Intercontinental y una Copa Mundial de la FIFA 2006, con la Selección Italiana.
Pero todo cambió para los hinchas italianos contemporáneos cuando Del Piero se fue del fútbol élite aquella tarde del 20 de mayo de 2012 contra el Atalanta.
La Juventus ya era campeona de Italia, sólo faltaba despedir a su máximo ídolo.
Antes del encuentro a Del Piero se le veía nervioso, como si fuera su partido debut, “Pinturicchio” marcó un gol, la celebración fue más dolorosa que alegre, por lo menos así lo expresaba su rostro, luego, fue relevado finalizando el encuentro que se encontraba 3 a 1 con victoria de “La Vecchia Signora”. Alessandro no fue al banco, si no que decidió dar la vuelta olímpica solo, los hinchas dejaron de ver el partido, todas las miradas estaban puestas en él, con lagrimas en los ojos tanto del ídolo como de los tifosis “bianconeri” se fue para siempre, difícilmente habrá un jugador sobre el césped con su clase y su carisma que sepa llevar ese número 10 bianconero, pero su recuerdo siempre estará presente no solamente en los “Drughi” (Ultras de la Juventus) si no también en la de todos los amantes del fútbol.
La Juventus ya era campeona de Italia, sólo faltaba despedir a su máximo ídolo.
Antes del encuentro a Del Piero se le veía nervioso, como si fuera su partido debut, “Pinturicchio” marcó un gol, la celebración fue más dolorosa que alegre, por lo menos así lo expresaba su rostro, luego, fue relevado finalizando el encuentro que se encontraba 3 a 1 con victoria de “La Vecchia Signora”. Alessandro no fue al banco, si no que decidió dar la vuelta olímpica solo, los hinchas dejaron de ver el partido, todas las miradas estaban puestas en él, con lagrimas en los ojos tanto del ídolo como de los tifosis “bianconeri” se fue para siempre, difícilmente habrá un jugador sobre el césped con su clase y su carisma que sepa llevar ese número 10 bianconero, pero su recuerdo siempre estará presente no solamente en los “Drughi” (Ultras de la Juventus) si no también en la de todos los amantes del fútbol.
Pero como bien lo dijo Del Piero cuando se creía que iba a jugar en otro equipo cuando la Juve bajó a la Serie B. –“Un caballero nunca abandona a una vieja señora”.
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