6/8/17

Millonarios vs Unión Magdalena |1985 | Defendiendo la democracia, maestro

Toma al Palacio de Justicia por parte de la guerrilla del M-19

Por: Nicolás Samper

Las palomas son inteligentes. Al primer riesgo, huyen despavoridas. El ser humano, en cambio, no. Siente la necesidad de preservar su vida, pero se da un tiempito para asomarse por la rendija para curiosear la desgracia. Hubo de ambos casos el 6 de noviembre de 1985. Palomas que ante la primera ráfaga de tiros volaron para buscar resguardo y transeúntes que por mirar un poco más cerca las cosas, sucumbieron ante las balas. Así han caído muchos inocentes y también varios culpables.
El miércoles 6 de noviembre de 1985 las palomas hicieron caso a su instinto cuando sonó, a las 11:30 de la mañana, la primera tanda de balazos proveniente de los cartuchos de un grupo de guerrilleros pertenecientes al M-19 que a sangre y fuego daban el golpe inicial de lo que ellos denominaron la “Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre”.
El objetivo del operativo Tomarse la Corte Suprema de Justicia para así, obligar al presidente Belisario Betancur de someterse a un juicio público. Justo a Belisario, el poeta de Amagá, devenido en presidente, que le tendió la mano a la posibilidad de las desmovilizaciones de grupos armados, le iban a hacer juicio.

No era la primera vez que el “Eme” trataba de llamar la atención: la espada de Bolívar, el robo de armas al ejército en el Cantón Norte, el juicio a José Raquel Mercado –que terminó ejecutado-, las calles pintadas con arengas subversivas, los discursos políticos de Jaime Bateman Cayón… 

Luego los que investigan en este país (en este caso la Comisión de la Verdad) comprobarían que el hecho estaba lejos de ser un acto gestado desde la revolución y para beneficiar al pueblo. La toma había sido financiada con dineros del narcotráfico para quemar expedientes judiciales que comprometieran a los capos de la mafia con la posibilidad de ser extraditados a Estados Unidos.
Mientras todo esto pasaba en el centro de Bogotá, la televisión y la radio se encargaron de cubrir el hecho a cada instante y sin perder detalle cada segundo. Y justamente los medios daban una cercana versión de lo que estaba ocurriendo, ya que los entes oficiales no se pronunciaban.

La imagen del agente del Copes de la Policía que se fractura una pierna cuando trata de entrar por el techo de las altas cortes, la voz angustiada de Alfonso Reyes Echandía pidiendo que el presidente apareciera para tratar de negociar, la imagen del desconocido que siendo trasladado en una camilla por la carrera 7, se cae de la camilla porque los enfermeros de la Cruz Roja estaban más preocupados en esquivar disparos, las palabras del Coronel Alfonso Plazas Vega que, en medio del fuego cruzado, adujo que estaba “defendiendo la democracia, maestro” y que hoy fue condenado en segunda instancia a 30 años de cárcel por la desaparición de dos personas... (Actualmente se encuentra libre)

De un momento a otro, toda la información que llegaba se suspendió. Los medios, por mandato del Ministerio de Comunicaciones se vieron en la obligación de emitir a través del tubo catódico y de las ondas hertzianas el partido Millonarios-Unión Magdalena que se jugaba en El Campín.
Noemí Sanín, ministra de comunicaciones, expidió esa orden alegando que la guerrilla sabría cuáles serían los movimientos que daría el ejército para retomar el Palacio. También se leyó esa decisión como una clara censura de prensa a esa hora (8:30 de la noche) ya que justo en ese instante se estaba cuajando un golpe de estado de las fuerzas militares contra Belisario Betancur.


El país no quería saber nada de fútbol ese día. Incluso la decisión de que se pasara el partido se tomó al parecer horas antes, temiendo que los enfrentamientos se recrudecieran como en efecto ocurrió. Hubo un bache informativo casi hasta la madrugada, solo cuando se dio el parte de que la sede judicial había sido rescatada con un simbólico cañonazo disparado por un tanque de guerra tipo Cascabel.
La angustia de las 100 familias que perdieron a sus seres queridos esa trágica jornada se acrecentó porque veían a Pedro Vivalda, a Tribilín Valencia, a Omar Rodolfo Porté y a Juan Gilberto Funes cuando lo que se necesitaba era poder observar si sus familiares salían vivos de la pira en la que se transformó el edificio de las cortes.
Millonarios ganó 2-0 con goles de Juan Gilberto Funes pero el país perdió la oportunidad de estar debidamente informado.
Siete días después, el 13 de noviembre, no hubo partido para tapar la avalancha de Armero.

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