Hace tiempo que entendí que en el fútbol actual un jugador
como Garrincha no tendría permiso para expresar toda su irresponsabilidad
creativa porque sus gustos infantiles darían miedo (curioso). En el Mundial del
58, Feola, el entrenador de Brasil, confiaba más en los blancos que en los
negros. Viendo un partido por televisión el entrenador quedó asombrado por la
habilidad del sueco Hamrim y comentó: "Va a ser muy difícil pararlo,
parece suramericano". Nilton Santos, ofendido, le dijo que "Pelé y
Garrincha hacen esa porquería mejor que ese gringo y usted les llama
individualistas e indisciplinados". Feola accedió a darle la titularidad a
los dos jóvenes morenos. Cuando sus compañeros le fueron a dar la noticia,
Garrincha estaba en su habitación bailando con un perchero al ritmo de samba.
Ya campeones, sus compañeros lo abrazaban llorando, pero Garrincha no
encontraba la razón: "¿Qué clase de campeonato es éste que no tiene
segunda vuelta?", preguntaba. En realidad se estaba divirtiendo y lo tenía
tan claro como un niño: divertirse es mejor que ganar. ¿No seremos nosotros los
equivocados?
No hay comentarios:
Publicar un comentario