Por Stephen Evans
La Stasi tenía su propio club, pero no era cualquier club,
era el mejor club de la liga de fútbol nacional.
No podía ser de otra manera ya que su seguidor más fiel era el jefe mismo de la
Stasi, quien ordenó que los mejores jugadores de los otros equipos debían ser
transferidos a su club, el BFC Dynamo (Berliner Fussballclub Dynamo).
Los equipos en la antigua Alemania del Este eran generalmente clubs de
trabajadores. FC Carl Zeiss Jena era el club de la fábrica de lentes Carl Zeiss
en Jena; el Traktor Gross-Lindau de la fábrica de tractores y el Turbine
Potsdam, de turbinas.
Las institutuciones deportivas que tenían la palabra Vorwarts (adelante) en el
nombre, como el Vorwarts Leipzig, eran usualmente equipos del ejército. La
palabra Dynamo era la etiqueta para los equipos de la policía.
Un mundo de Dynamos
En Berlín, el BFC Dynamo tenía el total apoyo de Erich Mielke,
el ministro de la Seguridad del Estado por más de 30 años, hasta el colapso de
Alemania Oriental.
Las manos de Mielke estaban manchadas de sangre: había apretado el gatillo en
un homicidio con tintes políticos en 1931, por el que fue arrestado una vez que
el Muro de Berlín cayó.
En la década de 1930, huyó hacia la Unión Soviética donde se volvió uno de los
secuaces de Stalin en sus fatales purgas.
Luego de la Segunda Guerra Mundial fue reinsertado en Alemania del Este como
jefe de seguridad y hombre duro del líder soviético.
Mielke amaba a su club. Los archivos de la Stasi tienen fotografías de él
sonriendo con los jugadores y pateando pelotas en el estadio. Los jugadores le
regresan las sonrisas, aunque pienso que lo hacen con cierto nerviosismo, lo cual
es lógico, si tu mayor hincha tiene las llaves de las cámaras de tortura y un
dedo en todos los gatillos.
Pero no siempre fue su club predilecto. Según los registros históricos sobre la
Stasi, cuando regresó de Moscú estaba enamorado de la idea de tener varios
equipos llamados Dynamo, como era la moda soviética.
Mielke soñaba con un nuevo mundo donde los Dyanmo de la República Democrática
Alemana (RDA) jugaran -sin duda de forma fraterna- con los de la Unión
Soviética.
Él veía el fútbol como un camino para engrandecer a Alemania Oriental y al
Socialismo.
Rivalidad
"El éxito futbolístico destacará aún más claramente la
superioridad de nuestro orden socialista en el mundo deportivo", dijo.
Con ese objetivo, comenzó a crear clubes poderosos, transfiriendo unilateralmente
jugadores.
En 1953, los equipos de la policía de Dresden fueron amalgamados para formar el
Dynamo Dresden.
Los textos que documentan esta fusión no dejan lugar a dudas: "El club
deportivo Dynamo es una organización construida sobre el principio del
centralismo democrático. Los miembros del Club Deportivo Dynamo se
caracterizarán por su vigilancia revolucionaria".
Cualquiera que fueran los niveles de vigilancia revolucionaria de los miembros
del Dynamo Dresden, sus habilidades futbolísticas no eran lo que quería Mielke,
al menos no es lo que quería para Dresden.
En 1954, el jefe de la Stasi decretó que los jugadores del Dynamo Dresden
debían ser transferidos al recientemente conformado Dyanmo Berlín.
Pero el hecho de que el equipo de la Stasi en Dresden se volviera el equipo de
la Stasi en Berlín no pasó desapercibido entre los seguidores del fútbol
alemán, y las relaciones con hinchadas rivales serían complicadas.
En Berlín ya existía un club, el FC Union Berlin, que todavía está vigente.
Cuando los dos equipos se enfrentaban, la frase "partido peleado" no
le hace justicia a la tensión en el estadio.
El canto de la hinchada del FC Union Berlin era "Wir wollen keine Stasi
schweine", o "¡No queremos cerdos de la Stasi!".
En un juego, los asientos fueron arranchados de las gradas y el estadio del
Dynamo Berlin destrozado.
Revancha tardía
Tener al jefe de la Stasi como jefe del equipo tampoco era
fácil para los jugadores.
Claro que ellos tenían sus privilegios por ser los elegidos.
Pero un asesino en serie como hincha número uno tiene sus problemas, además de
sus ventajas.
En 2006, cuando el club celebró sus seis décadas con el fútbol, el exjugador
Christian Backs contó que poco antes se había lesionado el tobillo y terminó
sentado en las gradas al lado de Mielke. Excepto que no puedo estar sentado por
mucho tiempo.
El jefe de la Stasi estaba tan contento con su equipo que saltaba para alentar
cada jugada. Todos sus aduladores se vieron obligados a hacer lo mismo y Backs
no podía hacer lo contrario.
¿Qué clase de impresión de deslealtad iba a dar Backs si permanecía sentado
cuando el jefe de la policía secreta estaba parado?
El jugador optó por lo seguro y se levantó a pesar de su lesión. Pasó gran
parte del partido con dolor.
Pero si era duro para los jugadores del Dynamo Berlin, ¿cómo habrá sido para
los rivales? Querían hacerle un buen partido al equipo de la Stasi pero deben
haberlo pensado dos veces.
Desde la unificación alemana, el Berlin Dyanmo ha languidecido, jugando en las
divisiones inferiores de la liga alemana.
El FC Union Berlin -o como se lo llama a veces el Eisern Union o Unión de
Hierro- está cada vez más fuerte.
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